jueves, 12 de enero de 2012

LA PUBLICIDAD EN LA ESCUELA

El efecto de la publicidad en los niños es el más pernicioso si cabe, ya que en la mente infantil, realidad e imagen son dos ámbitos que no sólo no van en paralelo, sino que se cruzan y constituyen psicológicamente una misma esencia, sin posibilidad de diferenciar qué es lo que responde a la «realidad real» y qué a la «realidad virtual» del mundo de la imagen publicitaria. Los modelos de conducta, las pautas de comportamiento, el hábito del consumo... encuentran en la población infantil un campo abonado e indefenso.
El adulto, menos indefenso ante algunos mensajes publicitarios, no deja de ser propenso a dejarse engañas por las imágenes publicitarias. El arropamiento mágico que los medios de comunicación dan al mensaje, la credulidad de muchos, unida a la falta de formación lectora hacia la imagen, hace que consciente o inconscientemente, el adulto también reciba los estímulos suficientes como para consumir productos sin necesidad.

Desde el análisis crítico y creativo de los mensajes publicitarios, con diferentes dinámicas y metodologías, en función de los niveles de profundidad y aptitudes/actitudes de los alumnos), hasta el estudio del medio publicitario (análisis de sus fundamentos, técnicas de elaboración de anuncios, nuevas tendencias de la publicidad, fases históricas, posibles mecanismos de defensa del consumidor, etc.). Por otro lado, es posible también, como en el resto de los medios analizados, la creación de nuevos mensajes publicitarios por parte de los alumnos, que, empleando los diferentes soportes audio-gráfico-visuales que a lo largo de este texto hemos citado (murales, formato prensa, radio, televisión, etc.), pueden trabajar de forma creativa esta interesante estrategia.

a) Análisis crítico y creativo de los mensajes publicitarios. Desvelar los mecanismos persuasivos y los clichés estereotipados que la publicidad transmite exige que desde el aula se enseñe los alumnos a trabajar con una lectura crítica de los mensajes publicitarios. A partir de los diferentes soportes de este sistema de comunicación (inicialmente a través del escrito: prensa, revistas, carteles... y posteriormente con el auditivo y audiovisual específicamente: radio, televisión, cine...), los alumnos pueden en grupos o individualmente realizar trabajos reflexivos sobre los contenidos que se transmiten, los canales que se emplean. En este caso, como en casi todos los medios de comunicación audiovisual, la perspectiva semiótica de los «elementos de la comunicación» puede ser de indudable valor.
El análisis de los mensajes publicitarios puede desarrollarse a partir de un estudio de cómo están presentes cada uno de estos elementos: ¿quién emite?, ¿cuál es su finalidad?, ¿hacia quién se dirige?, ¿cómo es el mensaje que se transmite?, ¿qué recursos lingüísticos y gráficos emplea?, ¿en qué contexto se sitúa el mensaje?, ¿qué canales se emplean y por qué?...

b) Estudio del medio, desde una perspectiva más inductiva que teórica, en cuanto que la enseñanza obligatoria ha de garantizar más que un conocimiento especializado del medio, las premisas básicas que permitan conocer los mecanismos semióticos, gráficos y lingüísticos que pone en funcionamiento el medio. Estrategias publicitarias, sistemas de persuasión, técnicas de creación publicitaria, interrelación gráfica-icónica... pero especialmente el impacto en los consumidores, los modelos de conducta que reflejan y los posibles mecanismos de defensa que se pueden desarrollar ante ella: lecturas críticas, selección de medios, dosificación del consumo, plataformas de defensa de los consumidores, asociaciones, creación de canales bidireccionales...

c) Creación de mensajes publicitarios. Sin duda alguna, el mejor método para defender a los consumidores de la publicidad es hacerles descubrir todo el proceso que pone en marcha la publicidad, ofreciéndoles la posibilidad de «crear» ellos mismos sus propios mensajes gráficos (anuncios, posters, murales) o audiovisuales (spots publicitarios en vídeo, cuñas para la radio...).

 La publicidad se nos descubre como medio de medios, óptimo para que los alumnos desarrollen su potencial expresivo y creativo que la mayoría de las veces permanece atrofiado. 

En mi opinión,  educar a los niños para que sean críticos con la publicidad es muy bueno y además, al practicar esta actividad en grupo la obtención de beneficios es mayor, porque cada alumno tiene una opinión. Además, iniciarles en la creación de publicidad hace que despierte y sea mayor su creatividad.

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